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CONSENTIMIENTO COMO BASE JURÍDICA DEL TRATAMIENTO.

El Reglamento General de Protección de Datos establece, a través del Principio de Legitimación, que el tratamiento de los datos de carácter personal solo puede llevarse a cabo sobre una base jurídica (art. 6).

De todas las bases jurídicas enumerados, destacan dos para las AAPP: “el cumplimiento de una obligación legal” y el “cumplimiento de una misión realizada en interés público o en el ejercicio de poderes públicos”. En ambos casos deberá estar regulado por una norma.

Otra de las bases jurídicas que más se utilizan es el consentimiento del interesado, definido como toda manifestación de voluntad libre, específica e inequívoca por la que el interesado acepta, ya sea mediante una declaración o una clara acción afirmativa, el tratamiento de datos personales que le conciernen (art. 4 del RGPD, Definiciones).

Si la base jurídica es el consentimiento del interesado, debe cumplir que sea:

1. Informado: el interesado debe conocer la finalidad para la se están recogiendo los datos con un lenguaje claro (ver artículo del boletín 49 sobe le derecho a la información).
2. Libre: el interesado debe ser libre de prestar su consentimiento. Puede decidir si da el consentimiento o no y además debe tener la posibilidad de revocarlo y debe ser tan fácil retirar el consentimiento como darlo.
3. Específico: el consentimiento puede ser para uno o varios fines, pudiendo agruparlos por su vinculación, pero que debe desagregarse cuando el tratamiento implique conductas diferentes (por ejemplo tratamiento y cesión).
4. Expreso: Ya no existe el consentimiento “tácito”. Por tanto, el silencio, las casillas ya marcadas o la inacción no deben constituir consentimiento. El responsable del tratamiento debe poder demostrar en todo momento que ha obtenido el consentimiento del interesado

Ver infografía RGPD en el siguiente enlace:https://www.animsa.es/pricipales-cambios-que-introduce-el-reglamento-gerenal-de-proteccion-de-datos/