Nuevas oleadas de ataques del virus Cryptolocker
Al igual que sucede con la gripe, este virus muta, cambiando la apariencia y aprovechándose de nuestro exceso de confianza.
El Cryptolocker se ha convertido en uno de los virus más peligrosos de los últimos años, es una pesadilla para muchos usuarios y empresas. Desde su primera aparición en 2013, ya han sido infectados más un millón de equipos, secuestrando sus documentos y pidiendo dinero a cambio de recuperarlos.
¿Cómo funciona?
El Cryptolocker es un virus que llega a nuestro correo con apariencia de un mensaje de la Policía Nacional, de una oficina de Correos, de una gestoría o de un proveedor, etc. Se disfraza como un archivo adjunto de tipo: .doc, .docx, .docm, . pdf, .xls, . xlsx, .zip … Ahí está la clave de su éxito, su alto grado de mutación y capacidad de pasar desapercibido.
Al abrir el documento adjunto, el virus encripta nuestros documentos (textos, fotografías,…) y nos pide dinero para poder recuperarlos.
“El triunfo del miedo”: pagas o pierdes la información
El virus actúa aprovechándose del miedo de los usuarios a perder la toda la información. Cuando intentamos acceder a un documento, se pone de manifiesto el chantaje. O pagamos una cantidad que va de 300 a 6.000 euros o la clave para recuperar los archivos será borrada en un periodo de tres a cuatro días y los archivos destruidos.
Los creadores del virus cuentan con que la víctima está tan “aterrorizada” que no quiere eliminar la única forma que tiene de recuperar sus archivos.
¿Qué hacer ante esta situación?
Numerosos expertos recomiendan no pagar, porque no existe ninguna garantía de que con el pago se obtenga la clave para liberar a los documentos y porque de esta manera únicamente colaboramos con la propagación del virus.
Los autores de Cryptolocker diseñaron su virus contando con dos premisas: que todos abrimos los archivos adjuntos y que no es habitual realizar copias de seguridad de documentos propios, que guardamos en nuestro pc.
Medidas preventivas que debe tomar cualquier usuario.
1. Nunca abrir archivos o clicar en enlaces de los que no se conozca realmente la procedencia. Hay que eliminar directamente correos que advierten que ha llegado una factura no esperada, que hay una fotografía interesante, etc.
2. Aunque “conozcamos al remitente” desconfiar de correos sospechosos. Si no esperamos esa información, no debemos abrir los archivos adjuntos.
En definitiva recordemos:
NO HAY VACUNA. LA PREVENCIÓN ES LA MEJOR ARMA CONTRA EL VIRUS.
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